Perfil de un buen ejemplar de pura raza:
Refinado y selecto.
Nivel encasillado de inteligencia.
Aptitudes y carácter marcado en las cualidades que se pretende de cada raza.
Defectos o debilidades, también acentuadas como producto de lastre de la selección.
Morfología robusta y de apariencia sana.
Patologías muy identificadas de cada raza.
Para todo aquel que considere que cualquier posibilidad de cruce es manchar la sangre «inmaculada» de su raza predilecta debería recordar que todas las razas puras existentes en la actualidad, un día partieron de determinados cruces de otras razas o estirpes anteriores, hasta fijar el tipo y el temperamento que se pretendía obtener en la recién estrenada raza. Esta reflexión también debería ser tenida en cuenta para el «futuro», con lo cual la selección canina es un proceso de «evolución continua».
Perfil de un buen ejemplar mestizo:
Rustico y funcional
Despierto e inteligente
Resistente a enfermedades (valor híbrido)
De belleza exclusiva
De sensibilidades complejas (descompensadas)
Desarrollo madurativo algo incierto
Morfología «enjuta» o «seca» y algo más discreta.
Para aquellos «radicales» que defienden el mestizaje a ultranza contra lo que consideran un producto «débil» cuando hablan de las razas puras, deberían recordar que el perro es hoy día un animal de éxito mundial, si comparamos con los cánidos salvajes (algunos en peligro de extinción), Y todo,ello gracias a la selección hecha en su día por el hombre hasta obtei las razas famosas y muy valoradas por la humanidad. Si este proceso no hubiera existido quizás el perro primito no hubiera pasado de ser un carroñero tímido.
