La correcta atención de nuestra hembra, tanto antes de la fecundación, como durante la gestación, parto y lactancia, especialmente en lo referente a la alimentación, condicionara el menor desgaste de perra, así como la viabilidad del mayor número de cachorros.
Las vacunaciones previas, desparasitaciones u otros tratamientos necesarios, serán importantes antes de la cubrición, siempre bajo la supervisión de nuestro veterinario. Este periodo que rodea la gestación, es una época de disminución de la efectividad del sistema defensivo de la madre, por lo que está más predispuesta a padecer enfermedades infecciosas, o a desarrollar otras que hasta entonces haya tenido ocultas.
El diagnóstico de la gestación en la perra no es fácil, pudiendo utilizarse la ecografía a partir de 25 días, la radiología a lo 45 días, existiendo actualmente un test en sangre de una hormona llamada «relaxina», que ofrece un diagnóstico precoz y fiable, también sobre los 20-25 días. El aumento del abdomen de la hembra es muy tardío y en perras grandes, con pocos cachorros, difícil de valorar.
El desarrollo mamario puede producirse tanto en hembras gestantes como en las que no lo están, por lo que tampoco es un signo válido. Es importante tener en cuenta que la mitad del peso del cachorro se consigue en el último cuarto de gestación de la perra, lo que da idea del ritmo de crecimiento que se produce.