Copito de nieve es, tal vez, el animal albino más famoso de España, aunque no es el único. Esta anomalía que afecta a la piel, el pelo y los ojos se da en animales y humanos. Surge cuando el organismo es incapaz de producir melanina, un pigmento natural que da color a los órganos citados anteriormente. Contrariamente a lo que se cree, el albinismo no es una enfermedad, sino una modificación genética del inviduo.
En algunas culturas, los animales albinos son venerados como si fueran divinos, como ocurre con el búfalo blanco o el tigre albino. Sin embargo, en otros lugares era frecuente cazarlos para ofrecerlos en sacrificio o porque se creía que su sangre o determinadas partes de su cuerpo tenían propiedades mágicas. Nada más lejos de la realidad.
Aunque el albinismo es algo común en personas, en los animales es más difícil ver los casos, sobre todo porque suelen vivir en libertad y, si no se descubre, puede que nunca sepamos de su existencia. Así, Copito de Nieve es el único gorila albino que se ha conocido hasta ahora y un pingüino sudafricano del zoológico de Bristol, que murió en 2004, es uno de los cuatro casos documentados en esta especie. Los pavos reales, como el de la foto, son un poco más comunes, habiendo ejemplares en Pakistán, España, Inglaterra y Estados Unidos.
Aunque a priori no sufren ninguna enfermedad ni ser albinos los hace más débiles, lo cierto es que condiciona su supervivencia. Los animales albinos suelen tener desventaja con respecto a los depredadores: su falta de color los hace vulnerables, ya que son fácilmente distinguibles en el entorno y no pueden camuflarse. Además, tienen problemas de visión porque sus ojos son demasiado fotosensibles.