Un escaso o nulo trato con las personas durante su período de «imprinting», a excepción del dueño o cuidador. Esto aún es práctica habitual en el medio rural» con los perros que van a ser destinados a la guardia, a fin de que tengan la mayor desconfianza posible hacia la gente.
Durante el día, y a veces también durante la noche, desempeña su función atado de una cadena a un sitio fijo y familiar, que enmarca claramente su «territorio» y su distancia de seguridad.
Unas veces a propósito y otras accidentalmente, varias veces al día el perro es «provocado» a defender su territorio, lo que significa de hecho un adiestramiento permanente.
La agresividad demostrada hacia la gente jamás es reprimida, sino al contrario, estimulada por los dueños.
El perro de guardia debe resolver las situaciones de enfrentamiento con los extraños sin la presencia del dueño; esto es importantísimo y constituye la gran diferencia con el trabajo de defensa personal.
