A continuación los especialistas en gatos nos dan algunos consejos para entender a tu mascota y establecer una buena relación afectiva con él.
– Acaricíale frecuentemente, pero no durante mucho tiempo.
– Detente siempre que observes que echa las orejas hacia atrás, se muestra tenso, se le dilatan las pupilas, deja de ronronear, mordisquea tu mano o te la patea con las patas traseras como si quisiera zafarse de ti.
– Elige un momento tranquilo del día para acariciarle, pero hazlo por periodos breves de tiempo y procura que sea cuando no haya otras personas, ni otros animales cerca para que pueda relajarse completamente.
– Obsérvale tanto como puedas y aprende a captar sus mensajes verbales y corporales.
– Recompensa a tu gato con una bolita de pienso, por ejemplo, cuando quieras reforzar una actitud positiva o el hecho de que se haya relajado totalmente en contacto contigo.
– Háblale suavemente, modulando tu voz, sin estridencias, pronunciando frases cortas, que sean siempre las mismas, para llamar su atención y premiar su actitud.
– Cuando el gato esté totalmente relajado y tranquilo en tu regazo, no realices movimientos bruscos que pudieran inquietarle y asustarle y nunca le castigues si, en plena exhibición de confianza, al patear suavemente tu cuerpo, tus brazos o tus piernas con sus manos, te araña sin querer.
– Cuando hayas de corregir un comportamiento incorrecto, hazlo sin violencia física. Bastará con una reprimenda sonora, alta y clara la mayor parte de las veces y si esto no es suficiente, utiliza un spray de agua para mojarle.
– Muéstrate siempre como una persona equilibrada, tranquila y confiable y evita cualquier comportamiento anómalo que pudiera ponerle en guardia contra ti.
No olvides nunca que el gato te estará observando incluso cuando parece profundamente dormido y que aprenderá a leer tu mímica corporal y facial y tus vocalizaciones mucho antes que tú las suyas.