Al igual que le ocurre a las personas, el cambio de hora puede tener consecuencias negativas en la salud de los perros, ya que sus hábitos pueden verse trastocados, lo que al final se convierte en estrés, nervios e irritabilidad.
Entre los perros más vulnerables al cambio de hora se encuentran los cachorros menores de un año, que están comenzando su alimentación; los geriátricos, que están más desgastados y sobre todo aquellos que sufren disfunciones cognitivas; y los enfermos, puesto que para ellos es más difícil adaptarse a cualquier cambio a su alrededor.
El cambio de hora altera el momento de salir a la calle, que en algunos casos se da en horas muy específicas. Por este motivo, modificar el horario de los paseos a aquellos perros que muestren problemas de aprendizaje en los hábitos de higiene podría hacer que no aguanten y terminen haciendo sus necesidades en casa.
El cambio de hora, además, implica un cambio de estación. Con la llegada del verano, las mascotas recibirán más horas de luz solar, lo que supondrá cambios hormonales y metabólicos tales como bajadas de peso (con el calor comen menos) y pérdida del pelaje de invierno. Esto hará que tengan más energía y que algunas de ellas puedan padecer ansiedad.
En caso de que los días pasen y el perro no retome el ritmo, lo recomendable es acudir a un centro veterinario para que sea valorado por un especialista.
Nota de prensa AniCura
