Sensitivos por naturaleza, las mascotas, particularmente los perros, pueden tomar nuestro estrés y aceptarlo como suyo. Animales que ya son agresivos pueden demostrar su estrés ladrando, gruñiendo y mordiendo. Sin embargo, si su perro es introvertido o nervioso puede demostrar la ansiedad vomitando, enfermándose, o presentando diarrea.
Incluso puede descargar el estrés sobre sí mismo mordiéndose, lamiéncose o masticándose hasta producir lesiones en su piel, o sobre usted o sus muebles. Según científicos, los perros reaccionan de esta manera debido a los cambios psicológicos que produce el estrés.
¿Cómo ayudarlos?
Está comprobado que el aburrimiento y la separación son las dos causas más comunes de estrés, por lo que pasar más tiempo con su mascota sería una buena solución.
Los perros son criaturas sociales. Su instinto natural es ser parte de una familia, y no les gusta ser dejados solos. Mientras más viejo el animal, más susceptible al estrés.
La rutina es un importante elemento que desarrolla la obediencia y animales libre de estrés. Trate de tener ciertos horarios para comer, pasear o jugar y propóngale distintas actividades. Por eso lo peor que puede hacer es castigarlo por algo, ya que solo está tratando de decirle que algo pasa en su interior.
La solución son 3 C: Control, Consistencia y Compañía. Para liberarlo de tensiones, mantén a tu perro saludable, activo, estimulado mentalmente y bien alimentado.