Cuando una persona nueva se va a instalar en nuestra casa, ya sea que se trate de un amigo, un compañero o un familiar que ha viajado de lejos y no tiene donde quedarse, muchas veces corremos muebles, armamos habitaciones improvisadas, y hacemos todo lo posible para que nadie esté incómodo. Sin embargo, dejar de lado a nuestro perro en toda esta preparación previa es un factor que no se debe descuidar.
El caso es que los perros tienen una sensibilidad especial cuando alguien que no es conocido suyo se instala en un territorio que considera que le pertenece, y por eso vamos a enseñarte una serie de trucos que te serán igualmente provechosos sea que lleves otro animal a casa, incluso o un gato, o que alguna persona vaya a quedarse por algún tiempo en tu hogar.
Por ejemplo, una recomendación básica pero que surte efecto sin ningún tipo de problema, tiene que ver con asegurarnos de que si vamos a meter otra mascota en casa, llegue completamente agotada. Es decir, de esta forma vamos a lograr que el nuevo perro, gato, o lo que sea, interprete la casa como un lugar de descanso, y no esté molestando a nuestra mascota previa.
Luego hay dos factores fundamentales que marcan el territorio de un perro y tienen que ver con el sitio de sueño y la comida. En el primero de los casos conviene que no los vigilemos, puesto que ellos mismos se entenderán e incluso es muy probable que terminen durmiendo juntos. En la segunda situación sí debes vigilarlos, pues se van a terminar comiendo el alimento uno a otro.
Finalmente, un caso distinto es cuando se trata de la llegada de un bebé. Primero que nada, durante el embarazo, conviene que vayas acostumbrado a la mascota a la pancita, ya que ella percibe incluso mucho mejor que nosotros que allí hay un pequeño en formación. Luego, más allá del recelo obvio, es importante que mantengamos mostrando una actitud cariñosa con la mascota al mismo tiempo que cuidamos el bebé.
