Cómo se engancha la garrapata en la mascota

0
59

2922031238 9a393e55d3

La garrapata activa se mueve en busca de su hospedador, se sube por los pelos de las patas llegando a su punto de elección para fijarse. Según el tipo que sea se podrá sujetar de dos formas diferentes, unas lo hacen utilizando unas porciones bucales muy largas que les sirven para insertarlas profundamente en la dermis, a modo de ganchos o anclajes de sujeción.

Otras realizan este proceso gracias a una sustancia que segregan las glándulas salivares de la garrapata, que la utilizan como si se tratase de un cemento con el que se pegan a la piel del animal parasitario, quedando fuertemente enganchadas. Una vez sujetas a su hospedador, por medio de su aparato bucal lacerarán las capas superficiales de la piel para acceder a la red capilar de donde absorberán la sangre que las ha de nutrir.

Toda esta secuencia supone un daño local por el efecto mecánico que sumado al propio efecto de la saliva del parásito desencadenan una reacción inflamatoria local con hiperemia, edema y un engrosamiento justo de la zona de la picadura, extendiéndose apenas 2 o 3 milímetros, pero que pasadas las 96 horas la extensión de la lesión se hace mucho más visible llegando hasta los 5 mm de diámetro y un abultamiento de hasta 4 mm de alto, como un nódulo rojo. Pero si sacamos la garrapata, esta lesión irá disminuyendo progresivamente, tanto el eritema como el abultamiento, hasta quedar una simple marca roja en el espacio de una semana a diez días.