Los perros, son activos por naturaleza por lo tanto hay que suplir esa necesidad cuando vivimos en espacios reducidos. Como animal carnívoro, la naturaleza desarrolló a los perros con elementos corporales e instintivos propios de un animal cazador. Es decir, con buen olfato y oído fino y con un aparato locomotor y cardiovascular muy eficaz, haciéndolo apto para el ejercicio intenso en el campo.
Si un animal adaptado para un metabolismo celular con alto consumo de alimento y ejercicio lo dejamos sin apenas movimiento, se ve obligado a transformar toda esa ingesta calórica en grasa, lo cual explica por qué hoy una de las principales enfermedades de los perros urbanos es la obesidad.
Pero el ejercicio regular no sólo es necesario para evitar el sobrepeso y las patologías asociadas a él (como diabetes mellitus, insuficiencias hepáticas, alteraciones cardíacas, etc.), sino también para que la mascota pueda desarrollar su musculatura, aparato respiratorio y cardiovascular con plena normalidad.
Los Beagle son una raza que necesita de mucha actividad: siempre fueron perros dedicados a la caza, capaces de correr, normalmente, hasta veinte kilómetros diarios. La cantidad apropiada de ejercicio depende de cada raza y de cada ejemplar; pero en términos generales una práctica regular debiera implicar al menos uno o dos paseos cotidianos.
