Ya hemos comentado sobre la importancia de cuidar el peso de nuestra mascota. Hoy nos concentraremos en los perros. Los perros engordan como cualquier otro animal y en los últimos años han aumentado los casos de perros obesos. Algunas razas tienen tendencia a la obesidad y otras tantas son resultado de que los mimamos descontroladamente.
Hay que ser fuerte y resistirnos a esa cara tierna de perro que como niño, puede lograr que olvidemos nuestra responsabilidad de mantener un perro en su peso indicado. Hay que consultar con el veterinario la ración de comida que requiere nuestro perro, no podemos confiarnos en alimentarlo sin saber, si le damos demasiado o muy poco.
Hay que acostumbrar al perro a una hora de comida y evitarle distracciones para que coma despacio y todo. No hay que caer en la trampa de llenar el plato al máximo y que luego nuestro perro coma según antoje, porque pasará el día comiendo y los días engordando. Los perros cachorros deben comer tres veces al día y los perros adultos dos.
El perro debe beber agua siempre, que también él se deshidrata pero el perro debe controlarse con la ingesta de agua, si le dejamos beber a su antojo, sobretodo cuando hay mucho calor, se enferma de diarrea y se deshidrata. Igual que a los niños a los perros se les educa a no comer fuera de hora, comer de su plato y en su lugar, y comer su comida y nada más.
Nos evitaremos con esto problemas de salud para nuestro perro y le evitaremos tornarse caprichoso con la comida y que nos veamos frente a un perro que estará comiendo siempre, engordando y sufriendo el resultado de ello, como aumentar de peso, sufrir diabetes o tensión arteríal, sedentariamos y muchas condiciones de salud ligadas a precisamente, el peso indebidamente alto.
Imagen: Vía