Hay ocasiones en las que las perras, bien porque también ellas pasan el periodo en el que ya no deben tener más camadas, o porque se sienten solas, se quedan «psicológicamente preñadas», es decir, tienen todos los síntomas pero no hay embarazo en su cuerpo.
Algunas de esas perras, pasado un tiempo suelen coger un juguete o lo que encuentran y tratarlo como si fuera un cachorro. De hecho te vigilan cuando lo tienes en las manos, no te dejan cogerlo a veces y lo cuidan y protegen como si de un perrito se tratara.
Normalmente esto se soluciona por sí solo pero hace que tenga periodos de recaída. Mientras no sea muy grave, los embarazos psicológicos no son malos pero algunas veces requerirán de la visita al veterinario para que la traten (por ejemplo si se vuelve demasiado violenta).
