Un curioso estudio llevado adelante por el investigador Daniel Mills, de la Universidad de Lincoln, Inglaterra, ha permitido determinar que muchos de los gatos domésticos se estresan cuando son acariciados. Así es, aunque a los felinos básicamente les encante estar sobre el regazo de sus amos y sentir el amor, parece que eso no los beneficia en lo más mínimo.
“Nuestros datos sugieren que los gatos toleran, en lugar de disfrutar de las caricias”, ha señalado este especialista a los medios de prensa locales, agregando que de acuerdo a sus conocimiento, la gran mayoría de estos animales domésticos preferiría evitar las caricias, pero que sólo se oponen a ellas abiertamente los callejeros pues están acostumbrados a tener mayor libertad en sus decisiones.
Hay que destacar que los expertos llegaron a esta conclusión, luego de notar que los mininos liberan hormonas relacionadas con el estrés y la ansiedad cuando son acariciados por los humanos, de forma que ahora pretenden seguir con los experimentos para determinar fehacientemente hasta donde afecta su calidad de vida el hecho de tratarlos como a un perro, pues podría producirse un enorme cambio de paradigma al respecto.
Los estudios, que fueron recogidos por la revista Physiology & Behavior, contaron además con colaboración de especialistas de las universidades de Lincoln, Sao Paulo y de Medicina Veterinaria de Austria; por lo que sus resultados han tenido un alcance realmente mundial. Allí, pudieron ver como los felinos de menos de dos años que viven con humanos tienen niveles de estrés mucho más altos que los que viven con otros gatos en las calles.
Una de las curiosidades más importantes que los expertos también pudieron distinguir al respecto, tiene que ver con que, en su consideración, los gatos han desarrollado mecanismos que les permiten organizarse de forma que cuando dos ejemplares tienen mala relación entre sí, la manada de dispone de modo que no se crucen.
