Ya te hemos contado que los perros sufren de gripe y sino los cuidamos, pues la pasan muy mal. Y claro, también los gatos padecen de gripe o resfriado común, algo que es pronto evidente, cuando nuestra mascota tiene los ojos llorosos, escurrimiento nasal, repentinos ataques de estornudo, problemas respiratorios, fiebre y tos, además de conjuntivitis y visibilidad del tercer párpado. Aunque es viral la misma no se transmite a los humanos ni a los perros.
Pero el resfriado o gripe de los gatos se contagia mucho entre ellos y puede afectar y mucho a los gatos que son robustos. Los gatos jóvenes la sobrellevan y la misma desaparece alrededor de una semana después pero los cachorros, las perras que amamantan y los gatos de avanzada edad, son propensos a complicaciones que pueden desencadenar en la misma muerte. El contagio obedece a los cambios climáticos, a la exposición de los elementos y al contacto con otros felinos contagiados de gripe felina.
Es contrario a la salud de nuestro gato, medicar a los gatos cuando tienen gripe en casa, porque ellos necesitan dosis específica de determinados medicamentos que solo un veterinario puede decidir cuál y cuánto darle. Las complicaciones que se presentan usualmente son la neumonía, anemia y deshidratación, por este último síntoma es básico cuidar muy bien de la mascota y mantenerla constantemente hidratada, y para que supere la enfermedad tiene que alimentarse bien, hay que probar con alimentos calientes porque usualmente como sucede con los humanos y los perros, los gatos con gripe no tienen hambre.
Hay que visitar al veterinario con el gato con gripe, algunas veces se presenta estrechamiento de garganta o malestar que no le dejan comer o tragar y esto agrava la enfermedad. Así que si se agrava hay que considerar la hospitalización para que le den tratamiento veterinario constante y directo para evitar que tenga un desenlace fatal. Como con los niños, hay que cuidarlos llegado el invierno que no se expongan a los elementos y se enfermen.