Utiliza el mismo principio que el kong. Es un cubo dividido en varios compartimentos internos, que libera trozos de comida cuando el animal lo empuja con la pata o el hocico. Es posible ajustar el nivel de dificultad y muy fácil llenarlo de comida y limpiarlo.
El veterinario Roger Ábranles, autoridad en etología del perro, presidente de la Association of Companion Animal Behaviour Councelor en EE.UU, sugiere que un tercio de la ración de comida del perro debería usarse como premio durante la educación, otro tercio para ser entregado en el plato de comida y el último tercio para ser «cazada» con un juguete interactivo como el buster cube.
Los juguetes ingeniosos como el buster cube obligan al perro a trabajar persistentemente para obtener un poco de alimento, son una constante fuente de estimulación mental para el animal. Frente a uno de estos cubos relleno de apetitosa comida el perro comienza a jugar rodando el cubo por el suelo, utilizará la nariz para desplazarlo y aprenderá a obtener una recompensa a través de un juego estimulante, que le exige toda su atención.
