Este poema no recuerdo bien de donde lo saqué, creo que fue de una película, pero no sabría decir cuál de ellas fue. Lo que si se es que esto refleja la realidad de cualquier perro, de cualquier mascota en general, y es algo que todo amante de los animales acabará reconociendo (y saltándosele las lágrimas).
Memorandum de los perros
El mejor amigo que tenemos se nos puede volver en contra y convertirse en enemigo.
El hijo o hija a quienes ha criado con todo su amor pueden pagarle con la ingratitud.
Aquellos a los que ofrecemos felicidad y nuestro nombre pueden llegar a traicionarnos.
La gente que se arrodilla a nuestros pies para rendirnos honores cuando tenemos éxito son frecuentemente los primeros en tirarnos piedras cuando el fracaso se cierne sobre nuestras cabezas.
Pero el único amigo completamente desinteresado del que puedes disponer en este mundo, el único que no te abandona, el único que no te demuestra ingratitud ni te traiciona es tu perro; él es el mejor amigo en la prosperidad, en la salud y en la enfermedad.
No le importará dormir en el suelo helado aunque sopen vientos gélidos y caiga implacable la nieve sólo por estar al lado de su amo.
Besará su mano aunque no le de comida.
Lamerá las heridas y las llagas que pueda sufrir en las batallas de la vida.
Vigilará siempre el sueño del amo más pobre como el de un príncipe.
Cuando todos los amigos se marchan él se queda.
Si la fortuna nunca ha sonreído a su amo, si es un proscrito sin hogar ni amigos, el fiel perro considerará el mayor privilegio ser su compañero, protegerle del peligro y luchar contra sus enemigos.
Y cuando llegue la escena final, la muerte se cierna sobre su amo y se lo lleve y su cuerpo quede sin vida allí enterrado, todos los amigos proseguirán su camino pero allí, al lado de su sepultura, encontraréis al noble perro: la cabeza entre las patas, los ojos tristes, pero atentos, en constante vigilancia. Seguirá fiel, hasta en la muerte.
