Uno de los animales más bonitos y queridos, sobre todo en los últimos años, es el agaporni. A todos nos gusta este pajarito que no se separa nunca de nosotros, pero su cuidado, sobre todo cuando son crías pequeñas, puede llegar a ser complicado. Sobre todo en su época de papilleros, donde requiere muchísima atención a la hora de darle de comer.
Si quieres que tu agaporni sea cariñoso, juegue contigo y no te pique, lo mejor es que comiences a criarlo tú desde pequeño. Para ello tendrás que alimentarlo con papilla unos veinte días después de que nazca, que es cuando estos animales comienzan a estar más inquietos y suelen saltar del nido. Si no sabes cómo preparar la papilla, sigue leyendo y verás qué fácil es.
Lo único necesitas es una jeringuilla, agua embotellada, la papilla que puedes comprar en tiendas especializadas y un vaso donde prepararla. Después, pon a hervir un cuarto de litro hasta que alcance unos 37 grados. El agua tiene que estar tibia pero tampoco muy caliente. Añade una cucharada de la papilla y remueve hasta que tenga la densidad de un yogurt.
Tienes que vigilar la temperatura y tener mucho cuidado. Si está muy caliente podría abrasarse. Y si está muy fría, no podría estimular el buche y le costaría tragar. Cuando está listo, llena la jeringuilla y métesela en el pico con cuidado, intentando que abra él mismo el pico. Nunca lo fuerces.
Tienes que darle la papilla en varias tomas, poco a poco. No te pases con la cantidad porque podría asfixiarse. En cuanto a la cantidad, no hay nada establecido, vigila el tamaño del buche y cuando esté lleno, para de alimentarlo. Después tendrás que esperar unas cuatro o cinco horas. Nunca le des comida de nuevo hasta que no veas que se le ha vaciado el buche, porque podría fermentarse la papilla y morir por intoxicación. ¡Son muy delicados cuando son pequeños!
Después de la comida, limpia todos los utensilios y sécalos bien. No dejes papilla de una toma a otra porque se pondría mala. Y no te asustes, que aunque parezca algo complicado, cuando lo hagas un par de veces no te costará ningún trabajo. Otro día te contaré cómo ir cambiando de papilla a mijo, una vez que ya esté más grande.