Seguramente te ha pasado a ti o algún conocido que tiene a su perro en la casa o en el patio, y éste no deja de ladrar, dando la impresión de que está enojado todo el tiempo. Eso puede hacernos creer que el can tiene un mal carácter que es difícil que se le quite, pero a veces lo que sucede es que sólo tiene un poco de mal humor, y lo mejor de todo es que nosotros somos los encargados de solucionar el problema y dejarlo hecho una seda.
En concreto, todo tiene que ver con estudios de la etología que se han llevado a cabo en esta ciencia que se encarga de investigar acerca del comportamiento humano y animal, y que han dado con la conclusión de que por momentos, al igual que los seres humanos, los perros tienen mal humor. Eso se puede deber a muchas circunstancias, y lo mejor es que tratemos de abarcar todo lo posible para que la convivencia sea más sencilla.
Fortalecer su confianza, clave
En cualquiera de las situaciones en las que el perro pueda llegar a generar mal humor, el fortalecer su confianza resulta clave para que se tranquilice. Aquí no hay que equivocarse, en los perros la confianza no siempre tiene que ver consigo, sino muchas veces con entender que somos nosotros, los humanos, los que mandamos en la relación establecida entre ambos.
Por otro lado, existen especies de perros especialmente dispuestas a realizar conductas que los humanos detestemos. Si tenemos un jardín muy cuidado y el perro hace hoyos en él, vamos a odiarle de seguro, pero podemos establecer una especie de pacto. Por ejemplo, marcando un territorio en el que él pueda destrozar a placer, y otro que esté como más nos gusta.
Como consejos finales, podemos recomendarte que seas consistente, es decir que el perro tenga siempre las mismas reglas, además de que seas claro, o sea, que siempre le indiques las mismas conductas con iguales órdenes.
