En recientes años, el cáncer se ha establecido como una de las afecciones más prevalentes a nivel global. De acuerdo con el informe ‘Las cifras del cáncer en España 2024’ de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se prevé que en España se registren alrededor de 286.664 nuevos casos de cáncer, marcando un aumento del 2,6% en comparación con los 279.260 casos diagnosticados en 2023.
El cáncer y su tratamiento constituyen un trayecto arduo tanto para los afectados como para sus familias y allegados, haciendo esencial la creación de un entorno de apoyo y confort para el bienestar físico y emocional del paciente. En este contexto, la terapia asistida por perros emerge como una valiosa fuente de compañía para los pacientes oncológicos, en especial los niños, ya sean pacientes internos o aquellos que visitan el hospital ocasionalmente.
La intervención regular de perros de terapia en la vida de los niños hospitalizados contribuye a disminuir su ansiedad relacionada con la enfermedad. Para los pequeños que asisten a consultas hospitalarias, la presencia de estos animales mejora la actitud hacia los tratamientos y alivia sus temores. Además de brindar compañía, investigaciones han revelado que los perros poseen la capacidad de detectar el cáncer gracias a su olfato extraordinario, que cuenta con hasta 300 millones de receptores olfativos, siendo 60 veces superior al de los humanos, lo que les facilita identificar tumores en etapas tempranas.
Purina, a través del premio BetterwithPets, otorgó una subvención a la organización benéfica llamada Medical Detection Dogs, que entrenan perros para detectar enfermedades humanas con el objetivo de desarrollar diagnósticos más rápidos, eficientes y menos invasivos que conduzcan a mejores resultados para los pacientes.
Por otro lado, una investigación pionera de American Humane Association (AHA) ha evaluado el acompañamiento mascota-paciente, mediante el seguimiento de 106 pacientes pediátricos diagnosticados con cáncer. De ellos, 60 recibieron visitas regulares de perros de terapia. Los resultados, publicados en el Journal of Pediatric Oncology Nursing, revelaron que estos niños mantuvieron estables sus niveles de ansiedad y preocupación relacionados con la enfermedad, mientras que los niños que no recibían las visitas de estos perros de terapia se mostraban significativamente más preocupados.
En el marco del Día Mundial contra el Cáncer, conmemorado cada 4 de febrero, desde Purina, marca experta en el cuidado y alimentación de mascotas, destacan la gran importancia del vínculo humano-animal, que ofrece beneficios reales e inmediatos para la salud. La compañía colabora con asociaciones en las que el vínculo humano-animal, mediante intervenciones asistidas con animales, actividades o terapias, ha dado apoyo a niños y adultos a sus necesidades físicas y psíquicas, aportando resultados muy positivos.
El equipo formado por profesionales sanitarios del hospital Sant Joan de Déu de Barcelona junto a adiestradores caninos de CTAC han elaborado un estudio sobre el efecto de las intervenciones asistidas con perros en pediatría y sus beneficios en pacientes hospitalizados. Este informe, gracias a la colaboración de PURINA® y a la beca de investigación concedida al hospital, recogió que la presencia de perros de terapia ayuda a tranquilizar y distraer a los niños en los momentos críticos, como por ejemplo cuando se les ha de colocar una vía. Las mascotas que recorren las salas de espera de consultas externas para interaccionar con las familias y niños logran hacerles más corta y distraída la espera a los pacientes, y sin duda, los perros despiertan sonrisas y permiten que los niños se olviden del dolor por un momento.
Beneficios de los perros de terapia en hospitales
- Otorgar compañía y consuelo: proporciona acompañamiento emocional en todo el proceso. Además, al ser cariñosos y juguetones, pueden ser distracciones bienvenidas frente a esta difícil etapa.
- Reducir el estrés y la ansiedad: acariciar a un perro, jugar con él o simplemente estar a su lado puede liberar endorfinas y disminuir los niveles de cortisol, lo que contribuye a una sensación general de bienestar.
- Acercar a las personas y facilita relaciones sociales: un perro puede facilitar la interacción social. Pasear al perro o participar en actividades relacionadas con él puede brindar oportunidades para conectarse con otras personas.
Reducir el dolor mediante la distracción: cuando la mente está ocupada, la sensación de dolor disminuye. Cuando los pacientes están pasando por un cuadro de dolor, consiguen sobrellevarlo mejor cuando tienen un perro al costado que pueda distraerlos durante ese intervalo de tiempo.